Día del Niño: celebrar la ilusión, el juego y los derechos

Un día para recordar que los niños son el corazón de la sociedad: auténticos, vulnerables y con derechos que debemos cuidar.


Más que un día, una forma de mirar la infancia

Para mí, el Día del Niño es todo el tiempo. Sin embargo, me gusta el ritual de dedicarles una fecha especial para celebrar, regalarles algo —aunque sea mínimo— y alimentar esa ilusión que es tan propia de la niñez. Los niños son lo más vulnerable y a la vez lo más auténtico de la sociedad. Recordar que tienen derechos y que son ciudadanos desde pequeños es fundamental.


El juego, sinónimo de salud

Un niño que no juega es un niño que algo está atravesando. El juego es la forma natural en que crecen, crean, inventan y desarrollan su mundo. Por eso es clave alentarlos a jugar, aburrirse, inventar y explorar. Cada edad tiene su manera de jugar y, como pediatras, lo tomamos como un signo vital del bienestar infantil.


Cuando los recursos son pocos

A las familias que sienten que no pueden dar mucho, les digo que la calidad es más importante que la cantidad. No es necesario un regalo costoso: lo que vale es el tiempo juntos, las palabras de amor, el juego compartido, el abrazo. Eso deja huella más allá de cualquier objeto.


Desafíos actuales de la infancia

En nuestra región, las pantallas están cambiando la forma en que los niños viven y aprenden. Se está perdiendo la capacidad de esperar, crear y aburrirse. A esto se suma que muchas familias tienen menos tiempo de calidad juntos por las exigencias laborales. Los niños necesitan presencia, límites, autoridad y cariño.


El rol del pediatra más allá del consultorio

El pediatra acompaña al niño y a su familia. Conversar, explicar, jugar y orientar son parte de nuestra tarea. No se trata solo de diagnósticos, sino de dar herramientas para que los padres puedan ofrecer lo mejor que tienen en el corazón.


Un recuerdo personal

De chica, mis papás siempre encontraban la forma de que la ilusión estuviera presente, aunque no hubiera mucho dinero. Recuerdo ir al lago San Miguel, pescar y luego devolver los peces al agua. Como médica, los Días del Niño en el hospital eran un paréntesis de alegría entre tanta enfermedad.


Mensaje final

Nunca olvidemos que el niño es inocencia, espontaneidad y futuro. Si queremos adultos competentes, responsables y afectivos, debemos empezar desde la infancia, cuidando su salud, su juego y sus derechos.

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