Infancias vulneradas: un cierre doloroso del Mes del Niño
Al cerrar el Mes del Niño recordamos la otra cara: niños en la calle, sin escuela y sin derechos básicos. Una realidad que interpela a toda la sociedad.
Por Dra. María Cecilia Rea - Pediatra y especialista en Cuidados Paliativos Infantiles (MP 9087)
Infancias vulneradas: un cierre doloroso del Mes del Niño
Al cerrar el Mes del Niño, surge una reflexión inevitable: ¿cómo celebrar cuando aún existen tantos niños que no acceden a lo mínimo de lo que significa ser niño? La palabra clave aquí es infancia vulnerada, porque esa es la realidad que nos golpea. No se trata de una niñez “digna” como un lujo, sino de una niñez como corresponde: juego, descanso, escuela, afecto.
La manera en que una sociedad trata a sus niños revela cómo vive. Lo mismo ocurre con los adultos mayores y las personas con discapacidad. En mi tarea como pediatra y en cuidados paliativos, me encuentro frente a dos de esos grupos, y es evidente que lo más vulnerable sigue siendo lo más desprotegido.
Niños en la calle: la imagen que duele y sus consecuencias
Las imágenes se repiten en Tucumán y en muchas ciudades del país: niños en semáforos, bares, peatonales. Caritas infantiles cargadas de experiencias que no corresponden a su edad. Esa visión remueve las entrañas. A veces surge enojo hacia los padres, pero no debemos olvidar que ellos también son víctimas de un sistema que arrastra generaciones enteras sin oportunidades reales.
Las consecuencias son graves y múltiples. En lo físico: accidentes, atropellos, ataques de animales, frío o calor extremos. En lo emocional: abusos, violencia, pérdida de la inocencia. En lo social: falta de escolaridad que condena al analfabetismo y reduce las oportunidades futuras. En pleno siglo XXI, hablar de analfabetismo infantil es inaceptable.
La responsabilidad compartida de la sociedad y la comunidad médica
Frente a esta realidad, la sociedad muchas veces se muestra anestesiada. Lo correcto sería dar aviso a organismos de protección, como la DINAIF. Sin embargo, la situación es compleja: los niños suelen querer permanecer con sus padres, y esos padres a su vez han sido atravesados por las mismas vulneraciones. Es un círculo difícil de romper, que arrastra a varias generaciones.
Desde la comunidad médica, el deber es visibilizar. Los pediatras lo hacemos en cada consulta y también a través de sociedades científicas como la Sociedad Argentina de Pediatría, que constantemente advierte sobre la vulneración de derechos. Sin embargo, la solución excede al sistema de salud. Requiere decisión política, compromiso comunitario y un cambio cultural que deje de naturalizar lo inaceptable.
Un mensaje necesario para el futuro
Al cerrar este mes dedicado a los niños, el mensaje es concreto: cuando veas a un niño en la calle, no lo ignores ni lo trates como a un adulto. Recordá que detrás de esa mirada hay sueños, derechos e inocencia. Una infancia vulnerada nos interpela a todos, porque una sociedad que no cuida a sus niños está hipotecando su futuro.
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