Día Mundial de la Salud Ambiental: el derecho de los niños a un ambiente sano
Cuidar el aire, el agua y los espacios que habitan los niños es proteger su salud y su derecho fundamental a crecer en un entorno seguro.
Por Dra. María Cecilia Rea - Pediatra y especialista en Cuidados Paliativos Pediatricos (MP 9087)
La salud de los niños empieza en su ambiente
Cada 26 de septiembre el mundo recuerda que la salud no depende solo de los genes o de la alimentación. El entorno en el que crecemos —el aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que consumimos y los espacios que habitamos— tiene un impacto directo en el bienestar infantil. La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce que cada niño tiene derecho a vivir en un ambiente sano que favorezca su desarrollo integral. No se trata solo de prevención médica, sino de justicia y equidad.
Contaminación: un enemigo silencioso
La Organización Mundial de la Salud advierte que la contaminación del aire provoca enfermedades respiratorias, alergias y problemas cardiovasculares en la infancia. Los niños, por su tamaño y ritmo respiratorio, absorben proporcionalmente más contaminantes que los adultos, lo que aumenta el riesgo de bronquitis, asma y otras afecciones crónicas. Además, el agua contaminada sigue siendo causa de diarreas y deshidratación en muchas regiones. Proteger a la infancia de estos riesgos es cumplir con su derecho a la salud.
Hogar, escuela y ciudad: los tres frentes de acción
El cuidado ambiental comienza en casa: ventilar los ambientes, evitar el humo de cigarrillo, controlar la humedad y reducir el uso de productos químicos son medidas básicas. En la escuela, promover espacios verdes y actividades al aire libre fortalece el sistema inmunológico y educa en hábitos responsables. A nivel urbano, las políticas que regulan emisiones y promueven transporte público limpio son esenciales para garantizar aire respirable para todos.
Pequeños gestos, grandes cambios
Cada familia puede contribuir a un entorno más sano. Separar residuos, reducir el uso de plásticos, optar por alimentos frescos y apoyar iniciativas de reciclaje son pasos concretos que, sumados, generan un impacto real. Educar a los niños sobre la relación entre ambiente y salud les brinda herramientas para defender sus propios derechos y convertirse en adultos conscientes.
Un compromiso que salva vidas
La salud ambiental no es un tema lejano ni exclusivo de los gobiernos. Es una tarea diaria que comienza en cada hogar y se extiende a la comunidad. Proteger el planeta es proteger el derecho de los niños a vivir y crecer en un ambiente sano, garantizando así su presente y su futuro.
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