Motricidad gruesa: el gran motor del desarrollo infantil
Descubre qué es la motricidad gruesa, sus hitos por edad y cómo estimular el desarrollo motor infantil de forma segura y efectiva en casa.
Por Dra. María Cecilia Rea - Pediatra y especialista en Cuidados Paliativos Infantiles (MP 9087)
La motricidad gruesa es la capacidad del cuerpo para usar los músculos grandes y realizar movimientos amplios como rodar, gatear, caminar, correr o saltar. A diferencia de la motricidad fina —que implica movimientos pequeños y precisos, como tomar un lápiz o abotonar una prenda—, la motricidad gruesa sostiene las bases del desarrollo físico y neurológico de todo niño.
Hitos de la motricidad gruesa por edades
El desarrollo motor sigue una secuencia esperable que los pediatras utilizan para evaluar la maduración del sistema nervioso:
- 3 meses: sostén cefálico
- 5 meses: rolado (darse vuelta)
- 7 a 8 meses: el bebé puede sentarse.
- Alrededor del año: primeros pasos, que pueden demorarse hasta los 18 meses.
- 2 años: corre con mayor seguridad y explora todo el entorno.
- 3 a 4 años: alterna los pies para bajar escaleras, maneja triciclo y patea la pelota.
Estos logros no solo indican fuerza muscular, sino también integración neurológica, equilibrio y coordinación.
Cómo estimular la motricidad gruesa en casa
Estimular la motricidad gruesa no requiere costosos juguetes ni rutinas complicadas. Lo más efectivo es permitir al niño moverse con libertad, siempre bajo supervisión:
- Juegos en el suelo, rodar, gatear y trepar.
- Lanzar y recuperar objetos.
- Bailar, cantar y seguir ritmos musicales.
- Explorar espacios seguros como plazas y parques.
Incluso el aburrimiento es beneficioso: fomenta la creatividad y el aprendizaje espontáneo. La interacción diaria de los padres —hablar, cantar, sostener, jugar— es el mejor estímulo para un desarrollo motor sano.
Factores que pueden retrasar el desarrollo motor
Algunos elementos interfieren en este proceso:
- Pantallas: antes de los 2 años retrasan la socialización y el desarrollo motor.
- Andadores: prohibidos por su peligrosidad y porque debilitan las caderas.
- Suelos inseguros: resbaladizos o sucios dificultan el gateo y los primeros pasos.
Señales de alerta en la motricidad gruesa
Es fundamental observar si el niño no alcanza las pautas madurativas esperadas, por ejemplo:
- Ausencia de sonrisa social a los 2 meses.
- Falta de sostén cefálico después de los 4 meses.
- No caminar pasados los 18 meses.
Los controles pediátricos periódicos permiten detectar a tiempo cualquier retraso y actuar con terapias oportunas.
Consejo final para padres
El mejor estímulo para la motricidad gruesa es simple y poderoso: dejar al niño libre. Permitir que explore, se mueva y hasta se aburra, siempre bajo la atenta mirada de un adulto, es el camino más seguro para un desarrollo motor completo, saludable y feliz.
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